lunes, 20 de julio de 2009

HACE UN AÑO QUE EL "CURA CARLOS" PASÓ A LA CASA DEL PADRE

En el aniversario de su paso al gran campamento de paz y alegría donde colocó su tienda junto a la de Jesucristo recordamos algunos datos biográficos del "Cura Carlos". Nos gustaría completarlos, por lo que pedimos que quien pueda aportar algo a los mismos nos lo haga llegar a nuestro correo electrónico

DATOS BIOGRÁFICOS DE D. CARLOS GONZÁLEZ GARCÍA-MIER

Nace en la ciudad de Jerez de la Frontera el 26 de agosto de 1927

A los 6 años fallece su madre.

Inicia sus estudios de primaria en el Colegio de las Salesianas situado en la calle Pedro Alonso, la misma calle de la residencia familiar y hace el bachillerato en el Colegio de los Marianistas de la calle Porvenir compaginando al mismo tiempo estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez junto con su hermana Mercedes de dibujo lineal y marquetería. Terminado el bachillerato entra en la Escuela de Comercio de Jerez, por entonces cuenta con 17 años. Marcha a la Universidad de Madrid para hacer la carrera de Ingenieros de Caminos. Un día junto a dos compañeros de estudio y mientras asisten a misa, en su predicación el sacerdote dice aquello de “La mies es mucha pero los operarios son pocos” tomándoselo en serio y decide entrar en el seminario. Aquel verano obtiene el título de Magisterio junto con su hermana Mercedes.

Entra en el Seminario de San Telmo de Sevilla y es ordenado sacerdote en 1951, tiene 24 años. Su primera misión como sacerdote es en el poblado de El Torviscal, situado en el término municipal de Los Palacios (Sevilla) donde se convierte en un auténtico dinimizador de la vida de sus gentes organizando multitud de actividades entre los niños y las niñas, así como entre el resto de los pobladores que vivían en condiciones muy duras. Posteriormente es llamado a dirigir un colegio en San Juan de Aznalfarache (Sevilla) que habían dejado los salesianos por problemas con las autoridades eclesiásticas del momento. Esto ocurre en los finales del mandato del Cardenal Segura y con la toma de posesión del recordado Cardenal Bueno Monreal.

El Cardenal Bueno Monreal lo envía a Madrid para que realice estudios en el Instituto Social León XIII. Su inquietud por el mundo universitario lo hace que al tiempo se matricule en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, licenciándose en dichos estudios. Durante su estancia en Madrid entra en contacto con el Escultismo Católico despertando en el una auténtica pasión.

De regreso a Sevilla es nombrado Delegado Diocesano de Caritas.

He aquí cuando un día el Cardenal Bueno Monreal lo llama para hablar con el invitándole a comer en el Palacio Arzobispal y mientras degustaban un delicioso plato de lentejas el Cardenal le dijo que era la hora de que iniciara la labor de difusión del Escultismo Católico en la Diócesis de Sevilla.

En noviembre de 1961 el Arroyo del Tamargillo se desborda por las fuertes lluvias y la ciudad de Sevilla queda completamente inundada. Entonces D. Carlos junto a los scouts católicos se desviven ayudando como buenamente pueden. Con una barca y con una escalera que consigue, se recorre toda la ciudad a remos.

Su llegada a Jerez en un tanto curiosa. Resulta que el Instituto Padre Luis Coloma, el profesor titular de religión cayó enfermo y lo enviaron a sustituirlo. Como quiera que dicho señor falleciera quedó en Jerez de forma definitiva. No solo se tuvo que hacer cargo de esta asignatura, sino de las de filosofía y griego. Por aquel entonces llega a Jerez D. José María Cirarda Lachiondo, obispo auxiliar de Sevilla y con sede en nuestra ciudad.

Conocedor del trabajo desarrollando por D. Carlos durante su estancia en Sevilla con el Escultismo Católico, recibe el encargo de dedicar parte de su apostolado a este menester, fundándose el Grupo Scout Fortún de Torres en el Centro Interparroquial existente en la calle Santa Isabel nº 8 de Jerez.

No solo dedica su tiempo D. Carlos al escultismo. También lo hace con los Cursillos de Cristiandad, con los Hombre de Acción Católica, con la Asociación de Sordomudos de Jerez, y con tantas y tantas cosas a las que el supo entregarse.

Cabe destacar por encima de muchas la importante labor desarrollada en la Barriada Rural de Cuartillos, dentro del extensísimo término municipal de Jerez, donde junto a los scouts y a otras personas consiguieron erradicar las chabolas en las que vivían y construir viviendas dignas para sus habitantes.