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Casi todos los musulmanes son pacíficos y respetuosos y, en Malasia, por ejemplo, han formado piquetes para defender ellos mismos los lugares de culto cristianos; entienden que la ruptura de la convivencia interreligiosa les perjudica a todos. Pero el Islamismo radical avanza a marchas forzadas por todas partes, en primer lugar contra los musulmanes moderados y siempre contra los cristianos.
La mayoría de los inmigrantes musulmanes que tenemos en Europa y en España son pobres, excepción hecha de algunos jeques y mandatarios de la Costa del Sol. La mayoría de los inmigrantes cristianos en Arabia Saudí y otros países musulmanes son también pobres, excepción hecha de algunos hombres de negocios y diplomáticos. Ambos sufren discriminación económica. Los inmigrantes cristianos sufren más discriminación religiosa que los musulmanes.
Tendría sentido una alianza estratégica –con muchos matices- entre el laicismo que intenta imponerse en Europa y el Islam radical: ambos son regímenes políticos confesionales que no respetan adecuadamente el derecho de libertad religiosa. Temas para la Alianza de Civilizaciones y para la nueva Ley de Libertad Religiosa.
Antonio Matilla, sacerdote. Consiliario General del M.S.C.
9/4/2010