Puntuales
todos sin excepción nos reuníamos un nutrido grupo de miembros de nuestra
asociación, incluidos algunas hijas e hijos, así como amigos que se sumaban a
esta nueva edición de la Marcha de la Amistad, que ya es tradicional celebrarla
a primeros del otoño.
El
día amaneció con niebla y algo nuboso, pero con una agradable temperatura que
conforme avanzaron las horas hizo que se elevara y desapareciera la niebla.
Como
decíamos, puntualmente nos veíamos en la Venta El Granado de San José del Valle
donde los molletes y rebanadas nos daban fuerzas para una excursión que nos
llevaría hasta los Montes de Propios de Jerez, para hacer el itinerario de
Montifarti, de unos 8 km. de recorrido.
La
naturaleza está ávida de agua y las lluvias de hace unas semanas había empezado
a dejar una tímida otoñada.
El
recorrido, salvo alguna pendiente muy puntual, transcurría entre acebuches de
gran tamaño, mezclándose con encinas y quejigos, así como una gran variedad de arbustos
como lentiscos, madroños, majuelos y palmitos de considerable porte que
portaban entre sus hojas los dátiles de sus ramas, desprendiendo un agradable
olor la mezcolanza de tantas especies.
Esta
es la época de los saltamontes y a cada paso que dábamos salteaban nuestras
pisadas.
A
las 12 h. el tradicional rengue, donde nos tomábamos un respiro a la sombra
porque el sol picaba algo y donde el oloroso dulce y algunos frutos secos
acompañaron esta breve parada.
Sobre
las dos de la tarde y bien protegidos del sol por unos hermosos quejigos,
parábamos para comer y reponer fuerzas. Una variopinta comida compartida, donde hubo hasta un vino moscatel achampañado
y dulces, para celebrar el santo de una de las participantes, que por supuesto
fue felicitada al cante coral de “Feliz en tu día”.
Una
agradable sobremesa sentados en el suelo y algún fallido intento de echar una
siesta, ponían fin a un buen rato de charla.
Iniciábamos
de nuevo la caminata con una pequeña cuesta, pero, que después de comer se
hacía algo pesada, hasta llegar donde teníamos los coches.
En
este lugar nos hicimos la clásica foto de grupo, con el siempre divertimento
del mando a distancia que no funciona y se acaba haciendo la foto con el
disparador automático.
Llegado a este punto, nos
despedimos todos deseándonos vernos pronto para pasar un buen rato de hermandad
scout y guía, que es nuestro gran compromiso.