Adulto scout
Muchas veces me he parado a
pensar que ha supuesto mi paso por la educación scout en mi vida, que me ha
aportado y que queda de todo lo que tuve la ocasión de aprender, o mejor dicho
de experimentar.
La verdad es que serían
innumerables las cosas que podría contar pero quizás lo más importante es la
visión de la vida que te queda. Analizando esta visión desde las tres
dimensiones del ser humano; en la personal me permite tener un espíritu abierto,
de aprendizaje y progreso continuo, que me hacen superar las dificultades y
enfocar mi aprendizaje hacia aquello que pueda ser útil para los demás. En lo
social me ha proporcionado tener una visión del ser humano como alguien al que
respetar independientemente de su naturaleza o condición, a ser consciente que
solo de la colaboración nace el progreso y a desarrollar actitudes de escucha y
empatía independientemente de si puedes
ayudar de forma eficaz. En el plano espiritual mis vivencias scouts me han
llevado a relacionarme con el creador de una forma sincera, reconociendo todas
mis debilidades pero sabiendo que la comprensión y la misericordia siempre son infinitas.
Esa confianza hace que esa relación sea liberadora y no opresora.
También me ha permitido mi educación
scout desarrollar un cierto espíritu crítico y reflexivo ante las situaciones
que se me van presentando, intento no creérmelo todo, y a sabiendas de que
estamos sometidos a continuas manipulaciones e informaciones interesadas buscar
diversas fuentes de información y sobre todo generar mi propia opinión de las
cosas, y esto es válido para todos los aspectos culturales, sociales, políticos
y religiosos.
Del escultismo católico he podido
aprender a buscar lo esencial y a no quedarme en los envoltorios, creo que la
esencia es más importante que la forma, y lo he podido comprobar trabajando con
personas estupendas, de las que también pude aprender compromiso, constancia,
sensibilidad social, profundidad,......
Si tengo que resumir en poca
palabras lo que permanece en mi, o al menos intento que permanezca, es el
espíritu de servicio a los demás, este enfoque de las relaciones es el que
pretendo que rija mi vida.
Fernando Solís Aragón
Queridos hermanos scouts y guías:
Me piden que exprese qué es lo que ha aportado a mi vida
el escultismo.
Soy la menor de 7 hermanos, todos scouts, por lo que yo
ya desde pequeña aspiraba era a ser como mis hermanos mayores.
Soy scout desde dos 7 años, perteneciendo al grupo de
Guías de España.
Ser scout en mi familia era lo “normal”. Mis padres
siempre nos apoyaron pues creo yo que comprendieron que estar en los scouts era
bueno para nosotros. Los chicos abrieron el camino pues los Jesuitas fundaron
los grupos de Scouts de España. Más
tarde las chicas también nos metimos en esto fundando mi hermana Milagros el
primer grupo de chicas, las Guías de España. Y ese espíritu que se impregna en
la infancia perdura toda la vida.
Tuve la oportunidad maravillosa durante la adolescencia
de conocer en los scouts al que hoy es mi marido. Él y yo intentamos dejar ese
testimonio de vida scout a nuestros hijos.
Los valores que mis padres y mis profesoras nos inculcaron
eran reforzados por los ideales scouts.
Mantengo un gran sentido de la responsabilidad y del
compañerismo, respeto y amor a la naturaleza y cómo no, una visión cristiana de
la vida diaria. Y todo ello intento reflejarlo en mi vida laboral como
enfermera.
Scout hoy y scout siempre.
Inmaculada Gómez Benítez
Llego al Escultismo a los inicios de este en Jerez, sería el
año 1963, invitado por un compañero del colegio. Además el grupo scout estaba
muy cerca de mi casa, eso hizo factible que mi madre no pusiese mucho
impedimento. Yo soy huérfano de padre desde muy pequeño y esas circunstancias
personales le hacen a uno más sensible. Mucho más a mi madre, que
presumiblemente rodeaba a todo de un aro protector. Pero no fue difícil
convencerla y entre en la Patrulla Halcones de la IIIª Tropa del Grupo Scout
“Fortún de Torres”.
Recuerdo mi primera marcha, fue a los Llanos de la Ina, a
unos 8 o 9 km. de la ciudad, andando por supuesto y fuimos a dormir a un
cortijo junto con las otras tropas que habíamos en Jerez por aquel entonces, el
Grupo Scout Nª Sª del Pilar y mi grupo. Seria por el mes de octubre y
celebrábamos una acampada de convivencia. Fue inolvidable, pese a las penurias
que pasábamos: dormíamos en suelo sin aislantes, con mantas, en fin toda una
aventura.
Y así con el tiempo se sucedieron las marchas de patrulla.
Si las patrullas de entonces íbamos de marcha sin los responsables, chavales de
doce, catorce o quince años, nos desplazábamos andando siempre y acampábamos a
unos cuantos de kilómetros de la ciudad, montábamos nuestras tiendas, hacíamos
fuego para cocinar y llegábamos los domingos reventados, sucios pero muy
ilusionados y felices. Y no pasaba nada.
Esto forjaba en nosotros un carácter duro, en el sentido de
fuerza física, habilidosos con las técnicas: campismo, orientación, topografía,
nudos, fuegos, primeros auxilios, rastreo y muchas más.
Pero nos marcaba también lo que por entonces se denominaba
“la formación del carácter”, si aquella que a los individuos nos da la impronta
de ser capaces, a ser solidarios, a ser consecuentes, en definitiva a servir a
los demás.
Y eso hizo que yo fuera cambiando como persona, saliera de
ese niño protegido por su familia, a forjar una adolescencia más segura.
Esto no se consigue solo, porque en todo este proceso
siempre está la figura de un jefe de tropa, un consiliario, un jefe de grupo
que te ayuda en tu caminar junto al resto de tus compañeros de patrulla y de
unidad.
Esto es lo que pienso en este hermoso Día del Pensamiento,
día que como scout me siento orgulloso y agradecido de nuestro fundador Robert
S. Baden-Powell.
Siempre Listo
José Ángel Sánchez Abrines
Ingresé en el Escultismo a los 12 años de mano de un amigo que un día me llevó al local de la Tropa donde estaban las distintas Patrullas. Me ilusionó la forma de vida, sobre todo el cómo se intentaban vivir los 10 puntos de la Ley Scout.
Tengo que decir que estos marcaron mi carácter, pero sobre todo fue a raiz de emitir mi Promesa Scout cuando me di cuenta del verdadero valor que el Escultismo tenía intentando buscar un mundo mejor y que desee luego marcó mi vida.
Creo que el ideal scout es magnífico y sólo comparable con el ideal evangélico.
Fueron las palabras del Evangelio de Mateo (5, 37) "que vuestra palabra sea sí, sí; no, no", las que han resonado siempre en mi interior, llevándome a cumplir siempre todos mis compromisos.Y sobre todo el estar "siempre listo para servir" como decía entónces nuestro lema.
Así, he desempeñado diversas responsabilidades dentro del Escutlismo bajo esa premisa del servicio, dando todo lo que ha estado a mi alcance, y ahora, desde hace 17 años con mi servicio a la Iglesia como Delegado Diocesano de Enseñanza.
Y es que mi Promesa Scout como verdadero compromiso ha marcado mi vida y la sigue marcando, intentando poner en práctica todo lo que el Escutlismo me ha enseñado, trasmitiéndolo a los demás, como dice nuestra oración "sin esperar otra recompensa que la de saber que hacemos Tu santa voluntad".
Siempre Listo
Juan Ortega Álvaro
Pensamiento, Escultismo y vida
Tengo que decir que estos marcaron mi carácter, pero sobre todo fue a raiz de emitir mi Promesa Scout cuando me di cuenta del verdadero valor que el Escultismo tenía intentando buscar un mundo mejor y que desee luego marcó mi vida.
Creo que el ideal scout es magnífico y sólo comparable con el ideal evangélico.
Fueron las palabras del Evangelio de Mateo (5, 37) "que vuestra palabra sea sí, sí; no, no", las que han resonado siempre en mi interior, llevándome a cumplir siempre todos mis compromisos.Y sobre todo el estar "siempre listo para servir" como decía entónces nuestro lema.
Así, he desempeñado diversas responsabilidades dentro del Escutlismo bajo esa premisa del servicio, dando todo lo que ha estado a mi alcance, y ahora, desde hace 17 años con mi servicio a la Iglesia como Delegado Diocesano de Enseñanza.
Y es que mi Promesa Scout como verdadero compromiso ha marcado mi vida y la sigue marcando, intentando poner en práctica todo lo que el Escutlismo me ha enseñado, trasmitiéndolo a los demás, como dice nuestra oración "sin esperar otra recompensa que la de saber que hacemos Tu santa voluntad".
Siempre Listo
Juan Ortega Álvaro
Pensamiento, Escultismo y vida
No hablaba más de dos
palabras seguidas delante de nadie, no era capaz de expresar mis ideas, de
exponer mis ocurrencias, siempre callado, escondido al fondo, siempre rodeado
de mis pocos amigos del cole, no me dejaban ir solo a ningún sitio, no bajaba a
los jardines de casa porque no había compañías recomendables…
Al empezar el nuevo
curso aquel año, mis amigos del cole me descubrieron que eran lobos
pero que ese año serían rangers… Así que un sábado me
invitaron a ir con ellos… mis padres me confiaron a ellos, a aquellos muchachos
que se encargaban de “entretener” a los niños vestidos de
militares con un escudo morado y siempre en el colegio. Quizá me ayudaría a
poder ser menos tímido.
El tiempo transcurrió
para aquellos niños, viviendo intensamente aventuras y desarrollando empresas,
fueron creciendo, siempre rodeados por otros jóvenes sesudos, divertidos,
exigentes, integrales… personas libres, de libre pensamiento con un ideal común.
Un día uno de aquellos jóvenes me hizo bendecir la mesa en un campamento ─
¿Yo? ─
No pude negarme o no supe… y en mi interior algo se rompió para siempre
(Seguramente alguien se habrá arrepentido después, sobre todo el que me conozca
bien) Hablé por primera vez en público, seríamos unos ciento veinte más o
menos, pero todos me miraron durante aquellos segundos en los que casi balbuceando
acerté a decir unas pocas palabras de agradecimiento por los dones concedidos.
Hoy, cuando las canas
colonizan mis escasos pelos de la cabeza, sólo puedo dar las gracias a todos
los que de alguna forma influyeron en mi formación, ellos saben quiénes son,
agradecer a mis amigos que compartiésemos tantas ilusiones, tantos momentos
buenos, tantas vivencias… cuando le despedimos rotos de dolor, descorazonados…
pero al que hoy, ya una vez cicatrizada la herida, con alegría le recordamos
cómo él era…
Ser scout, es una
experiencia única, explorar el mundo que nos rodea, formarse para poder tener
criterio, ser consecuentes con nuestro tiempo, defender las causas perdidas,
defender a los débiles… y reír, reír mucho, divertirse y disfrutar de nuestra
corta vida. Y cuando se burlen de nosotros, y nos llamen, lo que nos llamen,
podamos sonreír y decir para dentro ─
Lástima que no haya tenido la misma suerte que yo. Que sus padres no le
llevaran un sábado a los scouts─.
Y entonces la conocí…
una jovencísima scout de otro grupo, con otra pañoleta… pero con la misma flor
de Lis prendida en su pecho, qué buenos momentos… el final de una etapa en un
sitio y un nuevo comienzo en otro… la vida misma, una vida que compartimos
desde entonces…
Por todo ello, hoy 22
de febrero día mundial del pensamiento, aniversario del nacimiento de aquel
“tonto vestido de niño” llamado Lord Robert Stephenson Smith Baden Powell and
Gilwell, sólo puedo decir que mi vida y la de otros muchos está y estará
marcada con la Flor de Lís, por esa forma de vida que te hace ser crítico
constructivo de todo lo que nos rodea. Gracias.
Antonio Herrera-Picazo Gallardo