viernes, 1 de agosto de 2014

Amanecer scout y guía, 1 de agosto de 2014

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.” (El Principito). Estaba muy nublado, el sol no apareció.

Comenzamos con una palabras de José Ángel, nuestro Presidente:

En este nuevo amanecer en el que nos reunimos para celebrar los 107 años de la fundación del Escultismo, quiero comenzar este acto recordando a las víctimas de Palestina y pidiendo el cese de todo tipo de hostilidades para que sea alguna vez posible la paz. 

Como scouts y guías que somos, no podemos permitir, no solo lo que sucede en Palestina, si no lo que está sucediendo en tantos otros lugares de la tierra. 

Sería imperdonable que pudiéramos excusar cualquier violencia enmascarándola en conceptos políticos, religiosos o económicos. Ninguna guerra, ninguna violencia trae consigo la paz. Luego nos lamentaremos del crecimiento de los grupos radicales y la paz, como casi siempre se quedará en nada. 

El Escultismo por naturaleza es y debe ser símbolo de la paz, por eso en este momento en que amanece para todos, PEDIMOS LA PAZ.


Allí nos reunimos y después de meditar con los últimos mensajes de Baden Powell y su esposa y tras compartir diversas frases de B.P. renovamos nuestra Promesa, cada uno con el texto que sabía y que utilizó en su momento.




Y luego compartimos el desayuno en la Venta Cartuja.




Tal día como hoy en 1976, más arriba del Descansadero de Benamahoma yo, Juan Ortega, hice mi Promesa Scout:

Por mi honor y con la gracia de Dios Prometo esforzarme en servir a Dios y a mi país, ayudar a mi prójimo en toda circunstancia y cumplir fielmente la Ley Scout.