Por si acaso sus Majestades los Reyes no me hacían caso, por aquello de que ya no soy un niño o por si no me había portado del todo bien a lo largo de 2009, decidí escribirle a un paje de Baltasar con el que tengo enchufe y me trajo un regalito anticipado, un libro de Francis S. Collins, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica. El libro lleva por título “¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe”. Su autor es el director del Instituto Nacional Norteamericano para la investigación del genoma humano y bajo su dirección se consiguió en 2005 completar el mapa del Genoma Humano, uno de los descubrimientos científicos más importantes de todas las épocas. Las vacaciones de Navidad son tiempo de celebrar la Encarnación del Hijo de Dios, de estar en familia y ver a algunos amigos. Época también para dejar descansar el espíritu, cansado de mil batallas trimestrales. Es un descanso comprobar cómo uno de los más grandes científicos del siglo XXI es creyente y no sólo no encuentra ninguna incompatibilidad entre la fe y la ciencia, sino que explica con bastante sencillez que son complementarias. Yo lo tenía claro desde mi adolescencia, pero es un descanso que alguien tan experto me lo confirme. Ciertamente se puede ser científico y ateo; pero ese ateismo científico, ni es obligatorio, ni es la opción más racional.Un amigo me trae una copia del cartel que convoca la Fiesta de Acogida al Año Nuevo en Masnou (Barcelona). Véase la web municipal. Tiene un título evocador: “A les barrakades!”. Utiliza la imagen del campanario parroquial –el edificio más significativo del pueblo-, la rodea de alambre de espino y una formación de bombarderos la sobrevuela; las explosiones dominan la escena. ¡Bonita manera de comenzar el año 2010, Año Europeo de lucha contra la Pobreza y la Exclusión social! Un 17% de los europeos padecen pobreza severa y exclusión. En España, un 20%. Cáritas –organismo oficial de la Iglesia Católica- ha recibido durante 2009 el doble de peticiones de ayuda urgente que en 2008. ¿Caerán también sobre ella los bombarderos de Masnou?
Antonio Matilla, sacerdote.
