viernes, 6 de enero de 2012

‘Reyes Magos todo el año’

Queridos Reyes Magos: sí, ya sé que os marchasteis a vuestras tierras por otro camino, avisados en sueños de que Herodes no era de fiar. Pero yo os quiero pedir que, sin que sirva de precedente, este año no os vayáis. No me interesan los regalos, solo os pediría el de conservar el trabajo, o mejor, la posibilidad de hacer libremente lo que me han encomendado. Al respecto, recuerdo una frase irónica que hace años me dirigió un amigo: ‘Jo, tío, qué suerte, todo el día hablando de Dios y, encima, te pagan’. En fin, si algún regalo tenéis para mi, sería ingrato y de mala educación despreciarlo. Me atrevo a daros una pista: si os quedáis, tendréis tiempo de hablar con el ministro de Educación y convencerle de que devuelva a la clase de Religión la categoría de asignatura principal, optativa desde luego -porque las verdades no pueden imponerse- pero principal. Porque si os marcháis esta misma noche, le vais a pillar haciendo recortes y, una vez pasada la bonhomía de la Navidad, lo mismo nos mete otro tijeretazo y nos apaña, que estos del PP, cuando pudieron hacerlo –lo de dignificar la asignatura de Religión- no lo hicieron y cuando quisieron no les dejaron y les suspendieron la aplicación de la Ley.

Es importante que os quedéis porque sois un símbolo y con los símbolos hay que tener mucho cuidado, no sea que nos exploten en las manos, como está pasando con el euro, que es otro símbolo que tiene la manía de trasladarse caprichosamente de nuestros bolsillos a los de ‘los mercados’ y a los del ministro, consejero o concejal de Hacienda de turno; digo, a su bolsillo institucional, que al bolsillo particular es más difícil porque los fiscales anticorrupción vigilan. Sois símbolo de la humanidad entera –rubio, negro y moreno según la imaginación popular- que busca la verdad, el camino, la luz, la salida de la crisis entre las estrellas, recorriendo en equipo los desiertos, sin dejaros achantar por la traición de los Herodes de turno ni por la falsa ciencia de los sabios de la corte, que solo hablan y profetizan cuando el jefe les manda. Vosotros supisteis encontrar la estrella de la solución de la crisis que había cuando nació Jesús: ofrecer oro -generosidad solidaria-, incienso –Dios es lo importante- y mirra –reconocimiento de la dignidad de cada ser humano-. Necesitamos vuestra ayuda todo el año.

Antonio Matilla, sacerdote.

6/1/2012.