viernes, 30 de abril de 2010

ANTE EL VOLCÁN

Un pequeño volcán islandés, el Eyjafjöll, ha paralizado Europa. Misteriosamente, sin embargo, la amenaza ha desaparecido y ya se puede volar casi sin restricción alguna. A los poderes públicos no le vienen mal estos avisos de la madre Naturaleza para enseñarnos a obedecer a un poder superior, ahora que los Poderes Superiores parecían confinados al ámbito privado. Si no hubiera Dios, bienvenido sea el Eyjafjöll.

Los scouts católicos de Castilla y León de 15 a 17 años –pioneros se llaman entre sí- aprovecharon el Día de la Comunidad Autónoma, que es también el día de San Jorge, patrono de los scouts, para tener una convivencia en Guisando –Ávila- centrada en el medio ambiente. La educación medioambiental es desde siempre uno de los distintivos del Escultismo: “el scout ve en la Naturaleza la obra de Dios y la protege”, reza uno de los puntos de su Ley. Ahora que los adolescentes están cada vez más enganchados al mundo virtual de sus pantallas, se hace más necesaria aún una experiencia integral de vida en plena Naturaleza, pues no se la conoce ni se la ama y, por consiguiente, no se la respeta, si no se la ha olido, escuchado, pateado respetuosamente; si el niño no se ha maravillado ante sus múltiples manifestaciones y el adolescente no ha experimentado los propios límites para poder convivir con ella.

Una experiencia cristiana de la Naturaleza es la de San Francisco de Asís, el sentirse creatura, hermano de las demás creaturas, hermano consciente y responsable de ellas, en comunión con ellas y, por medio de ellas, con Dios. La responsabilidad ante las creaturas lleva a profesar la hermana pobreza, esa virtud que nos libera de nuestro capricho para poder convivir con toda forma de vida y, así, hacernos más humanos. La experiencia cristiana de la Naturaleza abarca todo nuestro ser: las sensaciones físicas, la memoria sensorial, el sentimiento, el conocimiento y la voluntad nos llevan a sentirnos miembros del gran ecosistema que es la Creación. Culmina en la acción, en un estilo de vida austera, alegre y solidaria. Se respeta lo que verdaderamente se ama.

Antonio Matilla, sacerdote.
Consiliario general del M.S.C.