viernes, 8 de febrero de 2013

Cien años de escultismo

El Movimiento Scout va a cumplir cien años en Salamanca.

Unos militares de orientación liberal, en la capital y en Peñaranda de Bracamonte, apoyados por el obispo Julián de Diego García Aldecoa y por otras personalidades de la sociedad civil salmantina, dieron comienzo a las actividades scouts, como lo hiciera pocos meses antes D. Teodoro Iradier en Vitoria y en otros lugares.

Con la Guerra Incivil todo quedó cortado y durmió el sueño de los justos hasta que, en los primeros años sesenta del siglo pasado, unos cuantos religiosos jóvenes, que habían sido scouts fuera de Salamanca, entre ellos el P. Manuel Baguñá Valls, escolapio de Barcelona, cuyos padres eran los editores de ‘El Patufet’, un cómic anterior a Pulgarcito, pusieron en marcha el MSC (Movimiento Scout Católico).

Pocos años después surgieron Grupos de ‘Scouts de Baden Powell’, que ahora son Independientes, en Colegios religiosos de la capital y el Grupo Kandersteg 352, de la Asociación de Scouts de España (ASDE).

Ha sido el escultismo en Salamanca, por lo general, un movimiento juvenil que se ha ido adaptando a los tiempos.

El MSC, en la Asamblea de 1971, celebrada en un San Esteban de la Sierra anegado por la lluvia, se propuso sustituir los monitores seminaristas, religiosos y religiosas por otros laicos, o sea, no clérigos.

Ya desde 1970 se practicaba la coeducación, hoy extendida por la casi totalidad de asociaciones scouts en Europa.

Falta, a mi modo de ver, un cambio importante, que ha sido difícil hasta ahora por el predominio de estudiantes universitarios entre los monitores scouts.

Pasar de creer ser una asociación juvenil, con más tendencia a practicar actividades de tiempo libre, a ser un movimiento de educación integral, en el que los agentes educativos son en primer lugar el propio educando, cuyos monitores no son exclusivamente jóvenes, sino también adultos, además de los padres y los consiliarios.

Un nuevo equipo diocesano está formándose en MSC-Salamanca: jóvenes voluntarios, con algunos adultos, que van a intentar responder, si son elegidos, al doble reconocimiento que el MSC ha obtenido el pasado mes de enero: Certificado de Calidad a la Gestión Asociativa y Declaración de Utilidad Pública (M. del Interior).

Antonio Matilla, sacerdote.
Consiliario General del Movimiento Scout Católico